
No es un fenómeno unitario. Puede ser congénita o resultado de lesiones cerebrales. Puede ser perceptiva o asociativa. En algunos casos pueden reconocerse personas que tengan un rasgo sumamente llamativo. En ocasiones sólo se reconocen personas de un sexo y no del otro.
La revista Wired publica un interesante artículo con varios casos de prosopagnosia congénita. Los pacientes tardaron años en descubrir que había algo raro en ellos. Un abogado dejó la profesión porque no podía convencer a sus clientes de su competencia: cuando llegaba al juicio, no reconocía quien era su cliente. Una modelo descubrió que era muy guapa cuando sus amigos la animaron a que se presentara a un concurso de belleza. Un pintor de retratos con bonitos fondos pero sin cara. Un judío que no podía reconocer a sus semejantes porque en su comunidad todos vestían igual.
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